sábado, 28 de enero de 2012

Ascensión al Tozal de Guara desde Vadiello

 Un amiguete y yo nos decidimos a subir al Tozal de Guara, el pico más alto (2077 m) de la Sierra del mismo nombre, cercana a la ciudad de Huesca. Salimos temprano de la ciudad en dirección al pantano de Vadiello que está a unos 15 km de distancia. Llegamos a las 9:30 y emprendimos la caminata sin más demora. El pantano está en un hermoso paraje, con varias formaciones geológicas muy curiosas. Algunas las emplean los alpinistas para sus prácticas de escalada.
Éstas son las más conocidas: el puro y la mitra...
 
 
Dejamos atrás el pantano caminando por una pista que asciende suavemente. Encontramos el desvío para la ermita de San Cosme y San Damián que queda a la izquierda (9:55). Allí esta esta pequeña construcción, ¿un esconjurandero?
Al pie de este farallón que dejamos a la izquierda está la ermita antes mencionada:
Nuestro camino sigue a la derecha...
Y pronto descubrimos nuestro objetivo:
  
 
Nuestra pista sigue subiendo suavemente hasta cierto punto, para luego descender al cruce (10:30) de donde parte el sendero que nos llevará a la ermita de Fabana:
  
Este sendero es un subeibaja, muy agradable, y atraviesa un bonita zona arbolada. Por entre los árboles podemos vislumbrar otro pantano, el del Calcón:
Tras una breve caminata llegamos a la ermita (11:00):
 
  
 
Un poco más adelante encontramos la señal que nos indica la dirección hacia el collado de Petrenales y Nocito. Se sube por un angosto cañón con bastante agua en primavera. Nosotros subimos en invierno y en periodo de sequía. Por estas razones, apenas nos mojamos:
  
  
Aquí estoy, luciendo orgulloso mi barriga cervecera a la entrada del cañón...
 
 
El sendero se va empinando entre escarpadas paredes, frescas oquedades y abundante vegetación. Encontramos alguna señal que nos confirma que vamos por buen camino:
  
  
  
 
En nuestro ascenso abandonamos el río. El sendero se empina, todavía en el cañón y rodeados de árboles. A las 12:00 llegamos a un pequeño prado donde descansamos y nos tomamos un pequeño refrigerio.
Tras el descando, reanudamos la marcha. Una media hora más tarde abandonamos el sendero que lleva al collado de Petrenales y Nocito y cogemos un atajo que sale a la derecha, en un recodo. Es el inicio de la "revientachulos", senda escarpadísima por la que ascendemos más de 400 metros en menos de media hora. Yo llego bastante reventado, ciertamente.
  
Esta dura subida termina en el sendero que viene del collado de Petrenales, una ascensión al Tozal más suave pero bastante más larga:
El sendero continua entre árboles y prados. Poco a poco los árboles van despareciendo hasta que alcanzamos el primer mirador (13:30) donde contemplamos la Hoya de huesca y el Somontano:
Ahora el terreno vuelve a empinarse. Ya no hay vegetación salvo bojes y arizones. Casi vemos la cumbre, pero aún falta un último esfuerzo

 
 
La"revientachulos" nos ha dejado un poco tocados. Hacemos nuestra segunda parada para descansar y tomar unos bocatas.
Heme aquí con mi apuesta figura montañera:
Después continuamos nuestra fatigosa ascensión. Con frecuencia nos paramos para contemplar las magníficas vistas...y para recobrar el resuello.
Hemos escogido la ruta del Abadejo que queda a la izquierda. A la derecha esta la Pedriza que utilizaremos para bajar.
Los últimos metros son bastante penosos, pero sobreponiéndonos al cansancio llegamos a la cumbre para admirar el paisaje al otro lado de la montaña: los nevados Pirineos
La siguiente es un burdo fotomontaje de mi cara sobre la figura de mi compañero, a la espera de recibir las fotos en las que realmente salgo yo:
  
Desafortunadamente, y justo en este momento, mi cámara deja de funcionar. Ya no tengo más fotos, de la cruz en la cima o del paisaje. Mi compañero sí hizo más, que colgaré cuando me las pase.
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ACTUALIZACIÓN:
Aquí está las fotos prometidas que corroboran mi llegada a la cumbre.
He colocado alguna más en los tramos previos de la ascensión.
De la bajada no hicimos fotos ni uno ni otro. A mi no me funcionaba la cámara y mi amigo bastante tenía con fijarse donde ponía los pies...
 
 
Llegamos a la cumbre a las 15:05. Tras un breve descanso de 10 minutos emprendemos el descenso, que se nos hizo más largo de lo previsto. Bajamos por la Pedriza y luego nos dirigimos a la "revientachulos" para desandar todo el camino de la mañana. Llegamos a la presa de Vadiello con muy poquita luz a las 19:00.
Han pasado cinco días y todavía tengo agujetas....

miércoles, 11 de enero de 2012

Cochinillo de Año Nuevo

Este Año Nuevo lo hemos celebrado con Cochinillo al Horno.
Aquí tenemos el lechoncillo, bien limpito y cortado por la mitad:

Y aquí, el resto de ingredientes: manteca, sal y ajos (que habremos machacado en el mortero hasta hacer una pasta). El perejil es opcional. Esta vez he decidido no utilizarlo:

Se calienta la manteca hasta hacerla fluida y se mezcla con la pasta de ajo y la sal. Ahora ya podemos embadurnar con ella todo el cochinillo con ayuda del pincel. Primero por dentro, en especial por la parte del costillar:

Luego, por fuera, generosamente:

En la bandeja del horno, preparamos una cama con ramas y hojas de laurel. Hay que evitar que el cerdo contacte con el fondo de la bandeja. Se puede utilizar un enrejado de madera, no de metal, pues dañaría la piel:

Mientras hemos precalentado el horno a unos 170º. Se vierte un vaso de agua en el fondo de la bandeja y ya podemos introducir el cochino en el horno. Primero con la piel para abajo
 
Lo dejamos de esta forma a 170º durante una hora. Hay que vigilar el agua del fondo y reponerla si se va evaporando:

Como Rex, hay que esperar pacientemente a que el cochinillo se vaya haciendo:

 

Pasados los 60 minutos le damos la vuelta. Pinchamos la piel en varios puntos para que no se formen bolsas de aire. Bañamos el lechoncillo varias veces con el jugo que se va formando en el fondo de la bandeja.
Hay que mantenerlo en esta posición durante 1 hora y 30 minutos, también a 170º

 

 Los últimos 15 minutos, si vemos que lo necesita, podemos subir la temperatura a 200º ó 210º para que se tueste la piel.
Y aquí lo tenemos. El jugo de la bandeja se recoge en una salsera para que cada uno se sirva a su gusto