Al otro lado nos encontramos con el arco de la entrada:
Adosado a la iglesia se encuentra el edificio donde está el albergue. Como es habitual, hemos llegado antes de que abran sus puertas. Colocamos los fardos en la entrada para coger turno.
Y esperamos bajo las sombrillas de un bar cercano, con unas refrescantes cervezas y en amigable tertulia
Antes de comer ya hemos entrado en el albergue y tomado posesión de nuestras literas:
El albergue es un antiguo edificio pero remodelado. Es acogedor y tiene mucha esencia jacobea. Tiene un bonito patio interior:
Luego hacemos una breve visita a la Iglesia de San Juan, como otros peregrinos. En realidad, la aldea es tan pequeña que no hay otra cosa que hacer...
Este es el monumento funerario del santo, muy hermoso y nombrado:
Hay hermosos capiteles, alguno muy señalado, como el que relata la batalla entre Roldán y Ferragut. Sin embargo, el más famoso es el que representa la Anunciación, la Visitación y la Navidad y que protagoniza el "Milagro de la Luz", un espectacular fenómeno que sucede los días del equinoccio (21 de marzo y 21 de septiembre): en esos días, un rayo de sol recorre el capitel de forma secuencial. Simboliza así la venida del Espíritu Santo.
A la tarde, llega otro de los momentos tradicionales de este albergue: después de la misa de peregrinos, nos obsequian con una deliciosa sopa de ajo, que comemos en fraternal camaradería:
Luego, un paseo por el patio interior, donde los peregrinos departen amigablemente. Paco, el valenciano, le cuenta con detalle a su compañero como hay que tomar las curvas para evitar lesiones y conseguir una mayor efectividad.
Por último, salimos a la espaciosa plaza frente al albergue para disfrutar del sol de la tarde.
Aún volvemos a la iglesia, para contemplar un nuevo fenómeno de luz: A determinada hora, un rayo de sol ilumina la estatua de Santo Domingo:
De vuelta a la plaza, contemplo los estragos que la tendinitis ha causado en mi tobillo:
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