Hemos llegado a Santo Domingo bastante pronto. Tenemos que esperar una hora ante la puerta del albergue antes de que abran. Nos da tiempo a tomar un poco de fruta que A ha comprado en una tienda cercana. Durante ese tiempo se va formando una fila con las mochilas de los peregrinos que van llegando.
Por fin se abre el albergue y somos los primeros en formalizar la entrada:
El albergue es muy bueno. Está recién remodelado, las instalaciones son casi nuevas. Todo está muy limpio y arreglado. Lo atienden los voluntarios de la Cofradía del Camino, muy amables y serviciales. Nos instalamos en nuestras literas y damos una pequeña y reparadora cabezada antes de comer.
Mientras yo echo un sueñecito un poco más largo, mis compañeros hacen una visita por el albergue y los alrededores: Esto es la parte de atrás del albergue, donde está el fregadero y puede verse la torre de la Catedral.
Allí mismo hay una jaula con gallinas: son las que utilizan para reponer las del gallinero de la catedral (ver más adelante).
Al lado del albergue está la magnífica catedral de Santo Domingo de cabecera románica y cuerpo gótico, con tres naves y girola, y la torre exenta que hemos visto antes, barroca (s XVIII), la más bella de La Rioja.
Al lado de la catedral está la Plaza Mayor, muy amplia y donde encontramos el Ayuntamiento.
El antiguo hospital de peregrinos, transformado en Parador Nacional de Turismo.
Mis compañeros traban conocimiento con un cofrade del albergue, que les muestra los sitios de interés y les acompaña a una farmacia para material de cura. Yo me levanto por fin de mi siesta del carnero y me reuno con ellos. El amable cofrade nos convida a unos vinos en el local de la cofradía:
Y luego nos muestra un lugar donde comer, pero antes pasamos de nuevo por la Plaza Mayor.
El sitio es agradable y tranquilo y la comida, apetitosa...
Después de comer visitamos el interior de la Catedral. Aquí puede verse el curioso gallinero que hay en su interior, siempre ocupado por un gallo y una gallina blancos y que recuerda un milagro de Santo Domingo.
Frente a la catedral está la Iglesia de Nuestra Señora de la Plaza
Otra vez, el gallinero...
Más gallinero...
Y luego volvemos al albergue para una nueva siesta reparadora:
Después continuamos la visita por el pueblo. Tiene otro Parador de Turismo, éste ubicado en el convento de San Francisco (s XIV), de estilo herreriano. Aquí podemos ver su claustro.
Santo Domingo conserva parte de su muralla medieval:
Todo el pueblo tiene ese sabor medieval, muy bien conservado... Aquí, de vuelta a la catedral:
Aquí estoy, con mi garboso porte y mi fina estampa peregrinal:
Después de la misa del peregrino, tomamos un pequeño refrigerio en un bar y nos retiramos pronto a dormir. Mañana nos espera una nueva etapa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario