miércoles, 29 de junio de 2011

San Juan de Ortega

Nada más entrar en San Juan de Ortega te topas con el ábside de la bella iglesia donde está el catafalco del santo
Al otro lado nos encontramos con el arco de la entrada:
Adosado a la iglesia se encuentra el edificio donde está el albergue. Como es habitual, hemos llegado antes de que abran sus puertas. Colocamos los fardos en la entrada para coger turno.
Y esperamos bajo las sombrillas de un bar cercano, con unas refrescantes cervezas y en amigable tertulia

Antes de comer ya hemos entrado en el albergue y tomado posesión de nuestras literas:



El albergue es un antiguo edificio pero remodelado. Es acogedor y tiene mucha esencia jacobea. Tiene un bonito patio interior:

Luego hacemos una breve visita a la Iglesia de San Juan, como otros peregrinos. En realidad, la aldea es tan pequeña que no hay otra cosa que hacer...

 Este es el monumento funerario del santo, muy hermoso y nombrado:












Hay hermosos capiteles, alguno muy señalado, como el que relata la batalla entre Roldán y Ferragut. Sin embargo, el más famoso es el que representa la Anunciación, la Visitación y la Navidad y que protagoniza el "Milagro de la Luz", un espectacular fenómeno que sucede los días del equinoccio (21 de marzo y 21 de septiembre): en esos días, un rayo de sol recorre el capitel de forma secuencial. Simboliza así la venida del Espíritu Santo.






A la tarde, llega otro de los momentos tradicionales de este albergue: después de la misa de peregrinos, nos obsequian con una deliciosa sopa de ajo, que comemos en fraternal camaradería:
Luego, un paseo por el patio interior, donde los peregrinos departen amigablemente. Paco, el valenciano, le cuenta con detalle a su compañero como hay que tomar las curvas para evitar lesiones y conseguir una mayor efectividad.

Por último, salimos a la espaciosa plaza frente al albergue para disfrutar del sol de la tarde.


Aún volvemos a la iglesia, para contemplar un nuevo fenómeno de luz: A determinada hora, un rayo de sol ilumina la estatua de Santo Domingo:


De vuelta a la plaza, contemplo los estragos que la tendinitis ha causado en mi tobillo:


Y todos pasamos una entrañable tarde de tertulia antes de ir a dormir. Con un poco de pena, pues mañana será nuestra última etapa.





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